miércoles, 26 de febrero de 2014

Ensayo


El trabajo colaborativo en el aula:


Si tuviéramos que sintetizar las habilidades del siglo XXI podríamos decir que éstas son: la alfabetización tecnológica, el pensamiento crítico y la colaboración.

En estos y en otros ámbitos los cambios han sido tan rápidos y profundos, Inmersa en esta situación cambiante está la escuela, una institución que no puede permanecer ajena a esa realidad. Si el mundo está cambiando, la escuela no puede permanecer estática; también está llamada a cambiar. 

Esta es una consideración muy amplia y general sobre hacia dónde debe moverse la escuela en esta realidad cambiante. Más específicamente, considero que la escuela en los albores del siglo XXI debe replantear sus concepciones, sus valores y sus acciones, acciones en la que se centra el trabajo colaborativo, es decir,  reducir la preeminencia de la enseñanza y del maestro como transmisor de conocimientos, para centrarse más en los alumnos y su aprendizaje. En este sentido, resaltamos lo apuntado por Feixas (2004) en el sentido que no es necesario solamente cambiar el estilo docente, sino también las “concepciones de los profesores sobre qué y cómo han de aprender los estudiantes.” Romper con el aislamiento, el individualismo y la competencia tan característicos entre los docentes, y apostar por el intercambio, la compartición (de ideas, de recursos) y la crítica constructiva.

En el aula encontramos diversidad de maneras de actuar, pensar y solucionar problemas, trabajando en colaboración los resultados de aprendizaje serán más ricos, creativos y significativos.  En un grupo habrá estudiantes muy dinámicos, otros más pasivos, otros más creativos, otros que motivan,etc.

No es casualidad que diversos autores propugnen por hacer realidad el trabajo colaborativo en las aulas y en los centros educativos.

Edith Litwin (2005) nos habla de "nuevas formas de comunicación, nuevos estilos de trabajo, nuevas maneras de acceder y de producir conocimiento". 

La colaboración, como nuevo estilo de trabajo y forma de producir conocimiento, implica un abordaje colectivo en la resolución de problemas y requiere un enfoque social del aprendizaje en el sentido de Vigotsky, aprender del otro y con el otro. También Murduchowicz considera al trabajo cooperativo fundamental para la resolución de cualquier problema en un clima de aula crítico y de descubrimiento. (Murduchowicz y otros 2003).

El profesor, por su parte, asume un rol particular, debe comunicar o consensuar con sus alumnos una propuesta clara con objetivos precisos e invitar a la búsqueda de diferentes formas de resolución de la consigna. Contribuir en la conformación de grupos y distribución de roles, debe proveer recursos, guiar en la toma de decisiones, y producciones, así como fomentar actitudes de trabajo en equipo y compromiso con la tarea.

El trabajo colaborativo favorece el desarrollo de habilidades tanto cognitivas como sociales e interpersonales; Colaborar requiere de habilidades de trabajo en equipo, escucha activa, productividad, liderazgo, distribución de roles y construcción colectiva, así como actitudes de responsabilidad, flexibilidad, empatía e integración. Potencia valores como la tolerancia, el respeto de otras formas de hacer y de aprender, y fomenta el sentido de pertenencia, solidaridad, responsabilidad social y comunidad, de forma tal que “juntando así las vidas y los trabajos de varios, llegásemos todos juntos mucho más allá de donde puede llegar uno en particular” (Descartes).



Nuestros alumnos  deben aprender que el hombre no ha nacido para estar aislado, sino para convivir con sus semejantes, el aula, es el mejor escenario para vivenciar esto.

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